FRANTIŠEK / FRANCISCO (BUTY)

Esta canción con un nombre masculino en su título es una de las más conocidas de Buty, un grupo checo que en su música mezcla folk, rock, pop y jazz y otros estilos. La letra nos aclarará quién es ese František y cómo y por qué aparecieron álamos alrededor de un estanque. :-)

La canción fue compuesta por Radek Pastrňák (*1963, Ostrava), el líder del grupo, que fundó Buty en 1986. Por cierto, el nombre significa "zapatos" (como "boty" en checo) pero en dialecto silesio. Salió en su tercer disco de estudio llamado "Dřevo" / "La madera" en 1995 y fue muy bien recibido tanto por los críticos como por los oyentes.

A la izquierda está el vídeo oficial (1995), a la derecha, una grabación de un concierto celebrado en Ostrava (1996).

Na hladinu
rybníka
svítí sluníčko
a kolem stojí
v hustém kruhu
topoly,
které tam zasadil
jeden hodný člověk,
jmenoval se
František Dobrota.

František Dobrota,
rodák
z blízké vesnice,
měl hodně dětí
a jednu starou babičku,
která když
umírala,
tak mu řekla:
"Františku,
teď dobře poslouchej,
co máš všechno
udělat."

Balabambam,
balabambam,
balabambam,
balabambam,
balabambam,
balabambam.

"A kolem
rybníka
nahusto nasázet
topoly."

František udělal
všechno co
mu řekla.
Balabambam,
balabambam.
A po snídani
poslal děti
do školy.

Žebřiňák s nářadím
dotáhl od chalupy
k rybníku,
vykopal díry
a zasadil topoly.

Od té doby vítr
na hladinu nefouká,
takže je klidná
jako velké zrcadlo.

Sluníčko tam svítí
vždycky rádo,
protože v něm vidí
Františkovu babičku.

En la superficie
del estanque
brilla el sol
y alrededor hay
en un círculo denso
álamos
que allí plantó
un buen hombre,
se llamaba
Francisco el Buenazo.

Francisco el Buenazo,
natural
de un pueblo cercano,
tenía muchos hijos
y una vieja abuelita
que cuando
se estaba muriendo
entonces le dijo:
"Francisco,
ahora escucha bien
todo lo que tienes
que hacer."

Balabambam,
balabambam,
balabambam,
balabambam,
balabambam,
balabambam.

"Y alrededor
del estanque
plantar densamente
álamos."

Francisco hizo
todo lo que
ella le había dicho.
Balabambam,
balabambam.
Y después del desayuno
mandó a los niños
a la escuela.

Una carreta con herramientas
la arrastró desde su cabaña
hasta el estanque,
excavó hoyos
y plantó álamos.

Desde entonces el viento
no sopla en la superficie,
así que está tranquila
como un gran espejo.

El sol brilla allí
siempre con gusto
porque ve en él
a la abuelita de Francisco.