KARAVANA MRAKŮ / CARAVANA DE NUBES (KAREL KRYL)
A la izquierda está la versión del disco de Karel Kryl (1979), a la derecha, la versión del grupo checo Divokej Bill (2014) tocada en la ocasión de los 70 años no cumplidos de Kryl. También hizo un cover (2004) Daniel Landa, un cantante checo conocido pero controvertido por su pasado (tocaba en el grupo "Orlík" orientado a los skinheads), que podéis escuchar aquí.
Slunce je zlatou skobou
na obloze přibitý,
pod sluncem
sedlo kožený,
pod sedlem
kůň,
pod koněm
moje boty rozbitý
a starý ruce sedřený.
Dopředu jít
s tou karavanou mraků,
schovat svou pleš
pod stetson děravý,
jen kousek jít,
jen chvíli do soumraku,
až tam,
kde svítí město,
město bělavý.
Jen kousek jít,
jen chvíli do soumraku,
až tam,
kde svítí město,
město bělavý,
jé.
Vítr si tiše hvízdá
po silnici spálený.
V tom městě
nikdo nezdraví,
šerif i soudce
- gangsteři,
oba řádně zvolený,
a lidi strachem
nezdraví.
Sto cizejch zabíječů
s pistolema skotačí
a zákon džungle panuje,
jé, jé, jé.
Provazník
plete smyčky,
hrobař
kopat nestačí
a truhlář rakve hobluje.
V městě je řád
a pro každého práce.
Buď ještě rád,
když huba oněmí.
Může tě hřát,
že nejseš na oprátce
nebo že neležíš
pár inchů
pod zemí.
Může tě hřát,
že nejseš na oprátce
nebo že neležíš
pár inchů
pod zemí.
Slunce je zlatou skobou
na obloze přibitý,
pod sluncem
sedlo kožený,
pod sedlem
kůň,
pod koněm
moje boty rozbitý
a starý ruce sedřený.
Pryč odtud jít
s tou karavanou mraků,
kde tichej dům
a pušky rezaví.
Orat a sít
od rána
do soumraku.
A nechat zapomenout
srdce bolavý.
Orat a sít
od rána
do soumraku.
A nechat zapomenout
srdce bolavý.
El sol está clavado en el cielo
con una escarpia de oro,
debajo del sol
una silla de montar de cuero,
debajo de la silla de montar
un caballo,
debajo del caballo
mis zapatos rotos
y unas manos viejas raspadas.
Ir hacia adelante
con esa caravana de nubes,
esconder la calva
bajo un stetson agujereado,
ir solo un trozo,
solo un rato hacia el crepúsculo,
allí
donde brilla una ciudad,
una ciudad blanquecina.
Ir solo un trozo,
solo un rato hacia el crepúsculo,
allí
donde brilla una ciudad,
una ciudad blanquecina,
ye.
El viento silba en voz baja
por la carretera abrasada.
En esa ciudad
nadie saluda,
el sheriff y también el juez
- los gánsters,
los dos elegidos debidamente,
y la gente por miedo
no saluda.
Cien matadores forasteros
juguetean con pistolas
y la ley de la selva reina,
ye, ye, ye.
El que hace las sogas
teje los nudos,
el sepulturero
no da abasto excavando
y el carpintero cepilla féretros.
En la ciudad reina el orden
y hay trabajo para todos.
Alégrate
si el pico enmudece.
Te puede complacer
que no estás en la horca
o que no yaces
unos inches
debajo de la tierra.
Te puede complacer
que no estás en la horca
o que no yaces
unos inches
debajo de la tierra.
El sol está clavado en el cielo
con una escarpia de oro,
debajo del sol
una silla de montar de cuero,
debajo de la silla de montar
un caballo,
debajo del caballo
mis zapatos rotos
y unas manos viejas raspadas.
Irse de aquí
con esa caravana de nubes,
donde una casa silenciosa
y los rifles se oxidan.
Arar y sembrar
desde la mañana
hasta el anochecer.
Y dejar olvidar
al corazón dolorido.
Arar y sembrar
desde la mañana
hasta el anochecer.
Y dejar olvidar
al corazón dolorido.
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